El presente ensayo tiene la intención de situar las derivas que produce la perspectiva vincular en la formación de psicoterapeutas.

La perspectiva vincular en psicoanálisis, produce otras propuestas epistemológicas respecto del psicoanálisis clásico, que puestas a trabajar en la construcción de dispositivos clínicos, se expande y multiplica en otros modos de intervenir, puntos de vista, prácticas y efectos. La formación de agentes de salud, queda afectada por estas otras perspectivas.

La lógica del Uno (Berenstein, 2008) implica el sujeto pensado desde el solus ipse, se centra en el mundo interno, en la referencia a lo previo, los antecedentes, al pasado, la vida pulsional, al narcisismo, la égida identificatoria, las premisas del Complejo de Edipo, al juego del sujeto- objeto, donde el objeto es siempre objeto del mundo interno y el sujeto siempre queda sujetado a la fantasmagoría y a la condena de no producirse en un entre otros y con lo que allí se presenta. La lógica del Dos, lógica de la perspectiva vincular, nos descentra de tal hegemonía del mundo interno con todos sus engranajes, abre con Puget y Berenstein, una categoría del vínculo que no es la suma de uno más uno, ni un fenómeno intersubjetivo, sino una entidad otra a la que nominan Dos con mayúscula.

Este ensayo hará pie en la experiencia de la “Consultoría Terapéutica” del “Programa: Construcción de un modelo de intervención psicoterapéutico con niños y adolescentes en situación familiar difícil”, asentado en la Secretaría de Extensión, Bienestar y Cultura de la Facultad de Psicología de UBA.